viernes, 2 de febrero de 2007

Estratagema 29

Si uno se da cuenta (véase la estratagema 18) de que le están derrotando, se realiza una diversión: es decir, se empieza a hablar de repente de algo completamente distinto como si estuviera relacionado con el asunto y fuera un argumento contra el adversario. Esto se hace con cierto comedimiento cuando la diversión aún tiene algo que ver con el thema quaestionis; desvergonzadamente cuando sólo ataca al adversario y no atañe en absoluto al asunto.

Por ejemplo, yo elogiaba el hecho de que en China no existiera una nobleza de cuna y que los cargos sólo se proveyeran en virtud de examina. Mi adversario afirmó que la erudición capacitaba para los cargos tan poco como las prerrogativas del nacimiento (que él estimaba). Las cosas se le pusieron difíciles. Inmediatamente, introdujo la diversión de que en China se aplicaban castigos corporales a todos los estamentos, cosa que relacionó con el hecho de que se bebiera mucho té, y recriminó ambas cosas a los chinos. Quien entrase en todo esto se dejaría desviar y permitiría que le quitaran de las manos la victoria ya conquistada.
La diversión es desvergonzada cuando abandona por completo el asunto quaestionis y empieza diciendo: "Sí, pero por otro lado hace poco usted afirmaba etc., etc.". Este caso se incluye en cierta medida en el "personalizar", del que hablaremos en la última estratagema. Tomado en sentido estricto, es un paso intermedio entre el argumentum ad personam, que examinaremos allí, y el argumento ad hominem.

Toda disputa entre gente vulgar muestra hasta qué punto es, digamos, innata esta estratagema: cuando, por ejemplo, uno le hace a otro recriminaciones personales, éste no responde refutándolas, sino haciendo a su vez recriminaciones personales al primero e ignorando las que le han hecho a él mismo; lo que es tanto como admitirlas. Actúa como Escipión, que no ataca a los cartagineses en Italia, sino en África. Es posible que en la guerra a veces sea apropiada una diversión semejante. Al disputar es mala, puesto que se dejan sin respuesta las recriminaciones recibidas y los oyentes conocen cuánto de malo tienen ambas partes.

Al discutir se puede utilizar, faute de mieux [a falta de algo mejor].



Arthur Schopenhauer,
El arte de tener razón, expuesto en 38 estratagemas
Imagen tomada del blog de Pablo Bravo Hurtado en http://www.buenvivir.org

1 comentario:

Anónimo dijo...

whats up everyone


Just saying hello while I read through the posts


hopefully this is just what im looking for looks like i have a lot to read.