miércoles, 28 de marzo de 2007

Amadas niñas

El rey Arturo, ese que en nuestras nociones es personaje histórico y mito en forma indistinta, no era en su tiempo lo uno ni lo otro. En una tierra de bárbaros que peleaban por su espacio vital, él lo era como el que más, y sólo resaltaba una diferencia: tenía política y estrategia para conseguirlo. Por lo demás, era un guerrero cruel, un jefe recio, y un cerdo fornicador que tomaba lo que quería, en la medida y el lugar que le viniera en gana.
Así es que cuando sus asesores (llamados caballeros para la leyenda) le dijeron que era imperioso que adquiriera mujer legítima, más que nada para tener una descendencia ídem, Arturo no quiso saber nada. ¿Esposa oficial? Un animal de esa clase sólo podía traerle problemas. Huyó del compromiso todo lo que pudo, pero al final debió rendirse ante la evidencia. El espacio vital se expandía, en número de nobles que le rendían vasallaje era cada vez más numeroso, y la cantidad de ex enemigos que se aliaban con él constituían una comunidad extensa que nada tenía que ver con la "mesa redonda" de los cuentitos. Un conglomerado semejante no podía perpetuarse sólo con un rey, ya necesitaba un heredero al que nadie pudiera discutir. Entonces Arturo aceptó tomar una mujer que estaría por encima de todas las demás, de entre un "cast" conformado por las hijas de todos los notables conocidos. Puso sólo una condición: la elegida sería la que respondiera claramente una pregunta que él le haría, y sólo satisfecho su interrogante habría de casarse.
Comenzó el desfile de postulantes, algunas muy bellas, otras muy deseables, unas cuantas bastantes fuleras (eran inglesas) y a cada una Arturo preguntó: "¿Qué es lo que quieren realmente las mujeres?". Obtuvo respuestas de todo tipo, ingenuas, especuladoras, estúpidas, tipo multiple choice, quizá alguna verdadera, pero agotada la panoplia de mujeres, ninguna supo satisfacer su curiosidad, que a esta altura ya era una cuestión de estado.
Sin embargo, quedaba aún una mujer, una señora cuarentona, de apariencia bastante estropeada, a la que Arturo hizo la pregunta, ya levantándose de su sitial y más pensando en las batallas de mañana que en la duda que no había podido develar hoy. Y ella respondió: -Las mujeres queremos ser soberanas de nuestra propia vida. El rey se detuvo, conmovido, y casi inconscientemente asintió: "Esa es la respuesta de la madre de mi heredero", dijo. A su pesar, de inmediato se dio cuenta de que había elegido a una vieja fea, y quizá ya infértil, que no le gustaba y que difícilmente podría garantizarle hijo, al fin de cuentas la cuestión que lo había llevado hasta allí. Entonces rápidamente, y en democrático acuerdo consigo mismo, declaró fallida la búsqueda y desierto el premio.
Pero la ganadora, y muchos de los nobles presentes, que eran recientes aliados de Arturo, reclamaron que cumpliera su palabra. La respuesta había sido satisfecha, y él estaba en deuda con la mujer. La cosa se ponía políticamente incorrecta, y los caballeros aconsejaron a Arturo que se hiciera cargo de la situación, pero él se negaba redondamente. Entonces sir Lancelot, uno de sus mejores y más fieles vasallos, se ofreció a casarse por él. Si la mujer aceptaba, se podría conformar también a los nobles levantiscos, que de todas formas tendrían a su candidata en un sitio privilegiado de la corte. El rey estuvo de acuerdo e hizo la oferta, que fue aceptada.
El casamiento se consumó de inmediato, y ya en los aposentos matrimoniales, la mujer dijo a sir Lancelot: "Eres un hombre valiente y leal. Por mi parte, soy una hechicera, y puedo y quiero premiar tu conducta. Puedo cambiar mi aspecto decrépito a voluntad, y durante nuestra convivencia puedo ser la más hermosa de las mujeres para ti durante medio día cada jornada. ¿Quieres que lo sea durante el día, o durante la noche?

Lancelot meditó unos instantes y recordó la sentencia de la bruja: "Las mujeres queremos ser soberanas de nuestra propia vida". Entonces respondió: "Lo que tú decidas será lo mejor". La bruja le dijo: "Además de leal y valiente, eres inteligente. Creo que te mereces que sea la más hermosa, siempre". Y de inmediato se transformó en una preciosa y virginal muchacha que por muchos, muchos años hizo las delicias del audaz caballero...
Por supuesto, una historia como esta no puede ni debe terminar sin una...
Moraleja: no importa si una mujer es la más bella o un adefesio horrible, porque siempre, siempre, será una bruja. ;-)

lunes, 5 de marzo de 2007

El mundo es un pañuelo, Google es Gran Hermano, y el capital es el papá de todos


¿Hallazgo arqueológico con Google Earth?

Una arquitecta española, intrigada con una mancha que veía en la foto satelital, encontró lo que podrían ser los restos de un gigantesco poblado romano

(infografía de La Nación)



Llevaba 15 días intrigada con una mancha que había visto navegando con Google Earth por el Mar Menor. Ayer se decidió y lo notificó a la Dirección General de Cultura de Murcia, España. La arquitecta Concha Roca había descubierto indicios de lo que podría ser un gigantesco poblado romano fortificado (...).



El poblado romano de Murcia ya fue descubierto en 2005
El pueblo romano descubierto está sumergido bajo las aguas del Mar menor. Su descubridor fue Jesús González, un informático de Cádiz. En 2005 dejó una marca en Google Earth sobre el posible poblado romano sumergido en el Mar Menor. Lo tituló: «¿Edificios hundidos?».

A las 5.55 horas del 12 de marzo de 2005 Jesús González Rodríguez, un informático gaditano de 25 años, dejó en la comunidad de Google Earth una marca sobre uno de los mapas. Coincide con una mancha paralela a la costa de la Manga que da al Mar Menor. Su post decía «¿Edificios hundidos?». Esta semana recibió un correo anónimo de un internauta que había visto en 20minutos.es la noticia sobre la arquitecta murciana que notificó a la Consejería de Cultura su sospecha de que podría haber un poblado romano en la costa de La Manga.

Ese mismo internauta había estado en Google Earth y había leído el post de Jesús. El informático gaditano se ha puesto en contacto con la redacción de 20minutos en Murcia para reclamar la autoría del descubrimiento (...).



Acusan a Google Earth de cambiar las imágenes de Canarias para ocultar "vergüenzas urbanísticas"
Google Earth, programa que ofrece imágenes aéreas de todo el mundo , ha cambiado las más recientes de las Islas por otras del año 2002.Según el Partido Verde Canario, este cambio responde a un acuerdo con el gobierno para ocultar "destrozos urbanísticos" en la costa.
El Partido Verde Canario denuncia el cambio de las imágenes que ofrece el programa Google Earth por tomas aéreas antiguas de 2002.

Según los ecologistas, este cambio se ha producido por un acuerdo entre la empresa pública cartográfica Grafcan y Google, con el objetivo de "esconder al mundo las numerosas vergüenzas urbanísticas y destrozos que afectan a las islas".

Así, si se comparan las imágenes del archipiélago existentes en Google Earth antes del cambio con las actuales, se observa como en algunas zonas costeras han desaparecido urbanizaciones en primera línea de playa existentes en la actualidad.
La noticia ha sido recogida por numerosos blogs , entre ellos Mangas Verdes, de Manuel M. Almeida , que informa de que el Gobierno de Canarias, responsable de Grafcan, "han derivado cualquier responsabilidad hacia Google". Por su parte, Google ha reconocido en declaraciones al diario digital Canarias Ahora , la existencia de un acuerdo con la empresa cartográfica canaria, aunque "de buenas intenciones". De hecho, Google obtiene las imágenes con las que alimenta Google Earth de infinidad de empresas a lo largo del planeta y no tiene capacidad para comprabar que todas las fotos que adquieren son las últimas (...)