
Escribano
El bisabuelo era escribano, el abuelo era escribano, el padre era escribano, los tres hermanos mayores eran escribanos y él dijo que escribano no, que cualquier cosa menos escribano, y se dedicó de lleno al fútbol.
Fue jugador. Goleador. Con una particularidad: nunca hizo el primer gol de su equipo; siempre el segundo o el tercero, en partidos que se iban ganando. Cuando estampaba la firma de sus goles era para certificar la victoria de su equipo, para ponerles el sello a los partidos.
Por eso, un periodista deportivo lo había bautizado “el escribano”.
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